Por su nombre podríamos decir que poca gente le conoce. Pero como "El cura rojo de Vallecas", "El cura de los pobres de Madrid" o "El cura de los desheredados sociales", es más conocido.
Enrique es un cura de familia bien que nada más ser ordenado fue enviado a un barrio mal y entonces se dio cuenta de que el mundo no era como le habían pintado.
Para empezar vio que los curas de la periferia trabajaban para ganarse el pan, así que se metió a taxista primero y a pintor de brocha gorda después. Hijo de militar, también descubrió que los rojos no eran el demonio, sino personas.
A través del marxismo, Enrique construyó una forma de entender el evangelio diferente a lo instruido por el Vaticano. Incluso cómo él mismo afirma: "la religión la inventó un listo para tener poder".
Repudiado por la iglesia católica, Enrique no ha abandonado nunca a sus vecinos de Vallecas y Entrevias, a los más necesitados. En la entrevista encontraremos, no a un sacerdote que nos quiere convencer a través del evangelio, sino al amigo que siempre buscamos por nuestro barrio para salir de nuestras miserias.
Comentarios
Solo una vez saludé en persona al cura Enrique de Castro, e intercambié unas breves palabras con él, sobre todo para comunicarle (cosas del momento, esto solo tendría importancia para mí) de mis breves estancias en Vallekas, con un grupo de jóvenes amigos católicos ahí residentes.
Luego he leído dos libros suyos. De manera que no tengo derecho alguno a dudar de su entrega, de su solidaridad con los últimos. En esto, sigue al Maestro...
Comoquiera que sea, lo que también espero de él es que sea un hombre capaz de aceptar a las personas que no siempre opinan lo que él o como él. Yo estoy entre ellas. Pero seguro que él es respetuoso con las ideas ajenas del prójimo.
Porque por lo demás, me siento muy identificado con bastantes de sus luchas sociales desde la opción radical por el Evangelio.
Me ha gustado la entrevista. A la que también he llegado luego de leer, por mediación de uno de los cuadernillos de Cristianismo y Justicia, lo que llaman desde esa fundación jesuítica que he nombrado, "Papeles". Se trata de un díptico de cuatro páginas en que se plantea una breve reflexión sobre un tema de actualidad. En esta ocasión, el "papel" al que me refiero menciona las infrahumanas condiciones de vida de los "vecinos" de Cañada del Real, en Madrid, uno de los puntos principales del tráfico de droga en la capital de España.
En la Cañada del Real, se hacinan chabolistas, inquilinos u ocupantes de infraviviendas, drogadictos (la mayoría, muy deteriorados, muy degradados), ratas, ratones, basuras, inmundicia...
Buena tarde.